Los Impatiens son una gran adición a cualquier jardín de verano debido a su popularidad y fácil cuidado. Sin embargo, si sus plantas no se ven de la mejor manera, es posible que se pregunte por qué sus hojas se vuelven amarillas. Estas flores a menudo se incluyen en las ideas de macizos de flores y son ideales para la jardinería en macetas. Requieren un esfuerzo mínimo, pero recompensan con una abundancia de flores que duran toda la temporada. Además, las impaciencias son perfectas para áreas sombreadas y se consideran una de las mejores plantas en macetas para tales condiciones.
Si está cultivando impaciencia, es posible que se encuentre con el problema de las hojas amarillentas. Para ayudarlo a mantener estas hermosas flores luciendo lo mejor posible durante todo el verano, hemos consultado con expertos en jardinería para explicar por qué ocurre esto y cómo prevenirlo. Las impatiens, también conocidas como lizzies ocupadas, son una opción popular por sus coloridas flores en tonos que van desde el rojo y el rosa hasta el naranja, el violeta y el blanco. Prosperan en áreas parcialmente sombreadas y pueden tolerar la sombra total, lo que las convierte en una de las mejores plantas de sombra que existen. A pesar de ser de bajo mantenimiento, las impaciencias aún pueden tener problemas con las hojas verdes sanas que se vuelven amarillas. Aquí están las razones por las cuales y consejos para evitarlo. Una causa común del amarillamiento de las hojas de las impaciencias es la vejez. Según Steve Bradley, un experto de Amateur Gardening, es normal que las hojas inferiores de las plantas se vuelvan amarillas y se caigan. Esto se debe a que ya no contribuyen al crecimiento o bienestar de la planta. Las hojas que están total o parcialmente sombreadas tienden a caerse más rápidamente.
Si nota que las hojas jóvenes de impaciencia se vuelven amarillas, podría ser una indicación de un problema. Por un lado, podría ser una falta de nutrición o un problema de riego. Sin embargo, si las hojas comienzan a ponerse amarillas de arriba hacia abajo, es probable que se deba a demasiada luz solar. Por otro lado, las hojas amarillentas también pueden ser causadas por plagas y enfermedades. Los nematodos son una plaga común que puede causar el amarillamiento de las hojas. En este caso, lo mejor es desenterrar la planta afectada y desecharla. Otro culpable es el tizón de la botrytis, un hongo que puede causar no solo el amarillamiento sino también el marchitamiento de las flores y la debilidad de los tallos. Para tratar esto, corte las partes infectadas de la planta y prepare una solución de lejía al 10 % para rociar la planta. Las hojas amarillentas también pueden ser el resultado del mildiú velloso, que comienza con manchas marrones y eventualmente vuelve amarillas las hojas. Por último, la marchitez por verticillium es un hongo que ataca primero el suelo antes de afectar a la planta, provocando el amarillamiento de las hojas. En ambos casos, el mejor curso de acción es eliminar y destruir las plantas infectadas.
Para proporcionar una nutrición adecuada a las plantas de impaciencia, se recomienda agregar compost o fertilizante de liberación lenta durante la siembra. Si crece en contenedores, puede ser necesaria una fertilización frecuente. El suelo debe ser ligeramente ácido con un rango de pH de 6,0 a 6,5, rico en humus y bien drenado. Es fundamental mantener el equilibrio óptimo cuando se riegan impacientes para evitar el amarillamiento de las hojas. El riego excesivo o insuficiente puede causar daño a las plantas, lo que lleva a un follaje poco saludable. Por lo tanto, vigile la ingesta de agua de las impaciencias para asegurarse de que se mantengan saludables y vibrantes.
El riego excesivo de las impaciencias puede provocar raíces anegadas y una mala absorción de nutrientes, lo que puede causar hojas amarillas. Por el contrario, la falta de agua priva a la planta de agua adecuada, lo que resulta en deshidratación y estrés, lo que afecta procesos cruciales como la fotosíntesis y hace que las hojas se vuelvan amarillas. Para evitar estos problemas, es esencial lograr el equilibrio adecuado al regar las impaciencias. Mantén la tierra húmeda, pero no demasiado, y verifica los niveles de humedad regularmente metiendo un dedo en la tierra. Si el suelo está seco a una profundidad de una pulgada, es hora de regar sus impaciencias.