Esta increíble formación rocosa mide hasta 6 metros de altura y 9 metros de ancho. Su notable división justo en el centro hace que parezca como si hubiera sido cortado perfectamente con un rayo láser. Aunque la erosión eólica y la erosión química pueden haber influido en la formación de esta roca, sus dos mitades con peso uniforme están equilibradas sobre bases pequeñas. El lado sureste de la roca presenta varios petroglifos, que se suman a su atractivo misterioso general.
La formación rocosa de Al Naslaa en el desierto de Arabia Saudita es una vista fascinante con su división vertical que parece irreal. La formación se eleva por encima de sus alrededores y presenta petroglifos que datan de miles de años, junto con evidencia de habitantes humanos de la Edad del Bronce. Lo que lo hace inusual es que está dividido por la mitad con cada sección en equilibrio sobre un pequeño pedestal. Si bien algunos pueden preguntarse si la naturaleza pudo haber formado tal característica, tres características geológicas explican esta espectacular formación rocosa. Dos rocas, cada una de seis metros de altura, se alzan sobre sus propios pedestales, separadas por una grieta suave. El origen de la formación rocosa de Al Naslaa ha dado lugar a varias teorías, pero es probable que su génesis siga siendo un misterio.
La formación rocosa de Al Naslaa se encuentra en el oasis de Tayma en Arabia Saudita, que alberga el asentamiento humano más antiguo del país. Consiste en dos rocas de arenisca que se equilibran sobre pedestales formados naturalmente, con un espacio suave que corre verticalmente entre ellas. La precisión del hueco es tan exacta que parece como si hubiera sido realizado por un rayo láser. Aunque los científicos no están seguros de cómo se dividió por la mitad la estructura de 4.000 años de antigüedad, las rocas una al lado de la otra, cada una de 20 pies (6 metros) de altura, cuentan con petroglifos visibles que tienen miles de años. Un glifo notable es la imagen de una persona conduciendo un caballo que se parece a un árabe, una de las razas de caballos más antiguas del mundo que aún existen. Los orígenes de esta raza se remontan a Arabia Saudita en el siglo VII, mucho antes de la creación de Al Naslaa por manos humanas.
La fisura central de Al Naslaa es icónica por sus petroglifos que tienen hasta 4000 años de antigüedad. Muchos han creado historias originales sobre estos cantos rodados perfectamente equilibrados, incluida la idea de que dioses antiguos o extraterrestres podrían ser responsables de sus cortes precisos. Algunos usuarios de redes sociales, como Acerca del Mundo de Pew, incluso se han preguntado si en su creación intervino tecnología avanzada. La roca también puede asentarse sobre una falla, lo que explicaría la división resultante del desplazamiento de las placas tectónicas. Alternativamente, podría ser el resultado de que una junta dentro de la roca arenisca se desgaste, provocando que la formación más grande se separe. Vale la pena señalar que las rocas de arenisca con juntas tienen más probabilidades de exhibir separaciones verticales como las que se encuentran en Al Naslaa.