El hablador con cabeza de dragón mostró un comportamiento intrigante, deslizándose tranquilamente a través del agua con una serenidad que contradecía la agitación que había causado en las orillas del río. Los observadores destacaron sus escamas iridiscentes brillando en la superficie, creando un espectáculo surrealista y casi llamativo.
¿Una nueva atracción?
Mientras los residentes dayak luchaban con su enorme fascinación y miedo al discurso con cabeza de dragón, algunos emprendedores vieron una oportunidad. Las empresas locales comenzaron a atender el flujo de turistas curiosos, ofreciendo visitas guiadas y expediciones para vislumbrar esta epigmática criatura.