En el saʋannah africano, una madre gacela luchaba ferozmente para salvar a su cervatillo de las garras de un águila gigante. Los testigos dicen que el águila descendió en picado desde el cielo, con sus garras listas para atrapar a la joven gacela, pero la madre gacela cargó hacia adelante, decidida a proteger a su descendencia.
A pesar de los valientes esfuerzos de la madre, el águila resultó ser demasiado fuerte. Las garras del tercero de la presa se clavaron profundamente en la carne del cervatillo, levantándolo del suelo y hacia el cielo. La madre gacela persiguió al águila, pero fue inútil. El águila había reclamado su presa.
El incidente sirve como un recordatorio de las duras realidades de la vida en la naturaleza, donde sólo los más fuertes se sienten seguros. Si bien el coraje y la determinación de la madre gacela fueron admirables, al final no fueron rival para el poder del águila.
A pesar del trágico resultado, la bravuconería y el desinterés de la madre gacela ante el peligro no han pasado desapercibidos. Sus acciones sirven de inspiración para todos los que presencian la lucha por la supervivencia en el reino animal.